04 Junio 2025
¿Por qué necesitamos más mujeres en los parlamentos?
La presencia de mujeres en los parlamentos no es una cuestión de corrección política ni un acto simbólico. Es una necesidad estructural para que la democracia sea verdaderamente representativa.
Cuando los cuerpos legislativos están dominados por varones, no solo se pierde pluralidad. Se excluyen visiones, saberes y experiencias fundamentales para el diseño de leyes que respondan a la realidad social.
Las mujeres no llegan al parlamento para hablar solo de temas de género. Llegan a hablar de economía, salud, ambiente, seguridad, educación y también de género, pero desde una mirada integral, ética y situada.
Está demostrado que cuando las mujeres tienen poder legislativo, se impulsan más leyes vinculadas a derechos humanos, infancia, políticas de cuidado y justicia social. La agenda se amplía y se humaniza.
Sin embargo, muchas veces su participación se ve limitada por prácticas internas que dificultan su incidencia: se las deja fuera de las comisiones más relevantes, se las silencia, o se cuestiona su autoridad.
Por eso, además de cupos, necesitamos paridad real. No alcanza con estar. Hay que estar en igualdad de condiciones, con acceso a la palabra, a la toma de decisiones y a los espacios estratégicos de poder.
La representación también tiene un efecto simbólico clave. Ver mujeres debatiendo leyes, presidiendo comisiones o impulsando reformas estructurales motiva a otras a creer que también pueden.
Pero llegar al parlamento no garantiza permanencia. Muchas mujeres enfrentan presiones, violencia simbólica y sobrecarga por ser las únicas que empujan ciertas agendas. Por eso, necesitan redes de apoyo, bloques sororos y alianzas multipartidarias.
Un parlamento con más mujeres no solo es más justo. También es más eficiente, más empático y más conectado con la realidad social. La diversidad no es un problema a resolver: es un recurso a potenciar.
Avanzar hacia la paridad legislativa es una deuda con la democracia. Y una oportunidad para construir leyes más justas, inclusivas y con rostro humano.